domingo, 6 de junio de 2010

El compartir


Ellos creían tener un sólo corazón y una sola alma, por lo que consideraban a sus bienes como UNO en común; ninguno sufría ninguna necesidad, ya que los que posesían campos o casas las vendían y le daban el dinero a los apóstoles que los distribuyan a cada persona de la comunidad, según sus necesidades. Tenemos un ejemplo claro en José, un levita de Chipre, a quién los apóstoles le llamaban Bernabé (el que conforta), ya que él vendió un campo de su propiedad.

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